La obra de teatro: ¿Valdrá la pena hablar de Marx? Fue expuesta y analizada a través de una entrevista virtual organizada por el Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la Ibero León.
Inspirada en el libro Marx en el Soho, de Howard Zinn, la obra es producida por la Compañía Italia, bajo la dirección de Adalberto Rosseti, con la participación del actor Alonso Gálvez y como invitado el profesor Adam Leonard Iwinski.
Adam Leonard Iwinski imparte clases sobre filosofía, literatura y ética en el Área de Reflexión Universitaria de la Ibero León. "Los jesuitas tienen una especie de coqueteo con el marxismo”, introdujo en la charla Adam, quien fue entrevistado por Adalberto Rosetti; en el encuentro se presentaron extractos de la obra de teatro.
"Ignacio Ellacuría, sacerdote jesuita* se nutría mucho de la filosofía marxista”, aseguró el profesor Leonard; explicó que una persona no puede ser marxista fuera de la ideología ya que una de las razones para cancelar la ideología es la perspectiva histórica. Y la historia la hacen los individuos.
Adalberto Rosetti habló de la experiencia que vivió al escribir una obra de teatro; presentó algunos extractos de la puesta en escena a través de un video mientras precisó que no se necesita ser marxista para hablar de Karl Marx.
En la obra, transmitida a través de la plataforma zoom, se plantea el exilio de Marx de varios países por su defensa a la libertad de expresión. Aterrizado a nuestro contexto, Adalberto Rosseti se cuestionó el papel de ésta frente a la democracia. Sobre el tema, Iwinski consideró que la libertad de expresión existe "en un sentido burocrático”; esto, en sus palabras, propiciado por los dueños de los espacios virtuales, globales de comunicación como las plataformas (Google y otros buscadores). Ante esto, consideró necesario poner en práctica la libertad de expresión en la calle (plaza pública) y la exigencia de derechos a través de la manifestación colectiva.
Rosetti habló sobre el miedo a que la ideología se vuelva dogma y cuestionó si el progreso es en realidad el avance en tecnología y no la reducción de desigualdad económica. Por su parte, Iwinksi comentó que se debe distinguir entre sovietismo (régimen de la burocracia) y el pensamiento marxista. Opinó que Marx experimentó la pobreza por lo que desarrolló sensibilidad ante el capitalismo y así formó su pensamiento.
Ambos, hablaron sobre la religión vista como un alivio al alcance ante un mundo de sufrimiento. "El capitalismo actual sincrónico tiene una tendencia general de ofrecer nuevas formas de goce”, expuso Iwisnki.
Rosetti se refirió a "El Capital” como un texto que además de analizar el sistema de producción en términos económicos, plantea la concepción de la vida desde otra perspectiva. Finalmente, Adam Leonard puntualizó que para ser marxista se requiere atreverse a superar los riesgos y hacer historia. "Vale la pena hablar de Marx”, concluyó.
· (1930-1989) Jesuita, filósofo, escritor y teólogo español, naturalizado salvadoreño, asesinado por militares salvadoreños durante la guerra civil.
